En una región como Europa, cuya integración progresó considerablemente en los últimos sesenta años, es delicado promover una asamblea ciudadana ignorando la existencia del parlamento, de la comisión, de la conferencia intergubernamental. Una cifra basta : 15.000 lobbistas están activos en Bruselas. Esto es suficiente para medir la importancia de las decisiones que ya se toman allí. Es por ello que la implicancia de los movimientos cívicos y ciudadanos en la integración regional conduce necesariamente a un diálogo con las instituciones europeas y particularmente con el parlamento.
Los movimientos ciudadanos también se encuentran confrontados a dos grandes preguntas :
- ¿La Europa integrada debe ser confederal (intergubernamental) o federal, es decir con un verdadero gobierno europeo?
- ¿la integración debe priorizar la vía institucional (dotarse de una constitución y reforzar los órganos existentes) o construirse por proyectos sucesivos?
La verdad obliga a decir que la mayoría de los actores políticos y sociales evitan cuidadosamente la primera pregunta. A la segunda pregunta, luego de las dificultades surgidas de los proyectos de constitución, los actores responden priorizando el enfoque por proyecto : la Europa verde, el impulso económico, la Europa de las universidades y de la investigación.
La elección en 2009 de un nuevo parlamento, profundamente renovado ya que el 65 % de los parlamentarios son nuevos, la consolidación de su función, fueron una oportunidad para que las redes cívicas europeas expresen qué esperan de Europa. En cooperación con la FGF (fundación belga), la IHECS (Escuela de periodistas de Bruselas) y Euractiv (medios y red de blogs europeos), la FPH lanzó el proyecto «Challenge for Europe», que consiste en reunir propuestas para mejorar la política europea en campos como la educación, la información, la agricultura, las relaciones internacionales y difundirlas en http://challengeforeurope.blogactiv.eu. Aquí se da cita un gran número de propuestas de calidad.
Pero falta llevar adelante estas propuestas. Sin embargo, no son precisamente los movimientos que faltan en Europa. Todo lo contrario, éstos se empujan por existir o asumir el liderazgo, llamando la atención por su dispersión. Y por supuesto todo el mundo tiene sus ideas y propuestas. De este modo, el año que viene estará marcado :
- por la preocupación de acercar los diferentes movimientos,
- por el contacto con los nuevos parlamentarios.
En ambos casos, las propuestas de Challenge for Europe, constituyen una buena puerta de entrada en esta cuestión.