Encontraran aquí distintos documentos que aportan una mirada profundizada sobre las múltiples dimensiones de las asambleas de ciudadanos. Los documentos están disponibles en tres idiomas y organizados en función de tres temas :
1. Relaciones entre las asambleas y diálogo de los facilitateurs
2. Desafíos, métodos y retos de las asambleas de ciudadanos
3. Historia y construcción social de las asambleas
Un colectivo de compañeros/as de la Asamblea de Ciudadanos/as del Cono Sur estuvimos presentes, entre el 1 y el 12 de febrero, en las actividades del Foro Social Mundial - FSM de Dakar, capital costera de Senegal, país del noroeste africano. Aunque llegamos invitados personalmente por diversas redes e iniciativas, mantuvimos sin embargo una fuerte identidad y coordinación común como conosureños de la Asamblea, y se hizo evidente una perspectiva colectiva común, aunque internamente diversa, fruto de las confianzas, fraternidades y reflexiones en comunidad, generadas en años de trabajo y construcción de su proceso. Por ello, hacemos llegar al conjunto de la Asamblea algunas reflexiones colectivas de esta experiencia, con el afecto de siempre.
La alegría de un retorno
Aunque parezca extraño a primera vista, estamos saliendo del FSM con la sensación de haber vivido un “retorno”. Ya lo decíamos en el encuentro de migrantes de la isla de Gorée: retornábamos a la humanidad, porque ahí mismo, donde proclamamos principios de más y mejor humanidad, había habido una deshumanización con la esclavitud a millones de seres humanos. Pero ahora es una sensación de retorno más amplia, más profunda todavía, y entrañable, tal vez porque “cerramos un círculo”, como dicen nuestros sabios ancestrales del pueblo maya quiché en Centroamérica, en esta África dolorosa y alegre, que recién celebra apenas 50 años de su independencia colonial y, coincidentemente, parece estar 150 años más atrás que América Latina en la superación de la pobreza. O tal vez porque sabemos y somos más conscientes, por el conocimiento humano hasta ahora, que la primera gran migración humana salió justamente de aquí, del África, hacia todo el mundo, hace cerca de diez millones de años atrás; que todos/as somos africanos/as bajo la piel; que tenemos hermanos/as y primos/as en todas partes del mundo; que somos una sola humanidad diversa habitando una misma casa, en todo el sentido de la palabra. Tal vez porque el crimen de la esclavitud cometido por la civilización occidental de los países del norte, nos trajo sin embargo la riqueza de quince millones de hermanos/as africanos/as que ahora forman parte de nuestra identidad y cultura latinoamericana, mostrándonos que aún en medio del horror subsiste, debe subsistir, la belleza, la esperanza y la resistencia. Debe ser, entonces, el sentimiento feliz de re encontrarnos con parte de nuestros orígenes, esta sensación extraña de haber vivido un retorno.
Pasar de la inadecuación a la facilitación de lo nuevo
Confirmamos que los FSM son espacios valiosos por su gran amplitud de convocatoria y de inclusión de temas, intereses, identidades e iniciativas. Esta edición del 2011 propuso cerca de 200 talleres y actividades diarias, acompañados de varios foros paralelos, marchas y caravanas, con un cierre que incluyó 38 asambleas de convergencia durante los dos últimos días del foro. Confirmamos también el riesgo de extraviarnos en un diálogo de sordos, en que cada interés, dolor, identidad, temática y lucha termina produciendo - de hecho – la subordinación y exclusión de los otros, termina reproduciendo, de algún modo, contradictoriamente, un rasgo distintivo del actual orden mundial que necesitamos y queremos cambiar. El amor y la imaginación se muestran más importantes aún que la inteligencia para no perder el buen camino y construir la felicidad humana desde lo diferente.
La riqueza de opciones y diálogos de los Foros es útil como alimentación de las resistencias globales y de la nueva conciencia humana cada vez más universal, pero al mismo tiempo internamente diversa y horizontal. Esto implica naturalmente desafíos enormes de logística y organización que, en esta ocasión y dadas ciertas características del país sede, hicieron particularmente compleja y a veces caótica la realización. Sin embargo, también hay signos inequívocos de una profunda inadecuación entre las nuevas dinámicas, nuevas energías que continúan llegando a los Foros, con las contradictoriamente ya viejas formas de organización de los debates, de dialogo, de intercambios, que siguen empantanados en modelos jerarquizados, típicos de conferencias con panelistas que hablan a las masas y otros que disputan el micrófono para repetir viejas consignas y viejas ideas; es una inadecuación muy profunda del método. Pero no es solo una cuestión de método. Una sensación general que confirman varios compañeros que vienen de los primeros Foros, es la de desgaste, la sensación de que el “alma” del primer Foro de Porto Alegre, el “sueno” inicial, se está diluyendo. No se trata de exagerar y decir que el sueno se esta transformando en pesadilla, ni mucho menos, perolo que se constata en Dakar y siguiendo la revolución en Egipto, es que las nuevas dinámicas sociales, políticas, culturales de los procesos emancipadores de esta segunda década del siglo 21, no van más por el camino abierto por el Foro de Porto Alegre. Por supuesto que la inercia seguirá y habrá foros temáticos, regionales, que reunirán gente, pero creemos que hay que profundizar más y mejor las enseñanzas de los procesos como los de Túnez y Egipto y las asambleas ciudadanas que recién estamos iniciando. Creemos que “la cosa va más por ahí”.
La tensión emancipadora mundial / regional
Al mismo tiempo, reafirmamos nuestra convicción de que el avance hacia niveles superiores de articulación de una propuesta alter mundialista emancipadora no encuentra otro camino operativo, práctico, viable, de realización que no sea la construcción gradual, compleja y desigual, de bloques regionales de países o zonas de afinidad geográfica, cultural y de intereses. El propio movimiento histórico, real, parece confirmar esta necesidad, tanto para los estados como para los pueblos y movimientos sociales y ciudadanos. No se trata de oponer el espacio mundial pleno al de bloques o zonas regionales, sino de sostener ambos espacios; el primero, por su amplitud y riqueza, y porque es el horizonte programático donde se genera y alimenta la nueva conciencia de humanidad; el segundo, porque constituye el camino instrumental viable, en marcha, en donde hacer posibles los nuevos consensos de regulación necesarios, urgentes y crecientes. Es una tensión compleja, pero no una oposición excluyente. Esto vivifica y reafirma nuestro compromiso con el proceso de Asamblea Ciudadana Cono Sur y su relación sistemática con las demás Asambleas del mundo, pues aparece de lleno en este movimiento emancipador real de los pueblos, nada fácil pero imprescindible para la tarea de transformación de la realidad.
Compilación de fotos realizadas durante el Foro social mundial 2011 de Dakar por Nicolas Haeringer, Ricardo Jimenez, Dante Farricella, Francois Soulard, Lucia Alvites, Arafet Ben Marzou y Fabien Leblanc.
La perspectiva, trascendencia de Río+20
Es justamente desde ahí que pensamos que podemos aportar a las perspectivas, no sólo sosteniendo y profundizando sistemáticamente los procesos de Asambleas regionales hacia el diálogo y consenso mundial, sino también interactuando con las múltiples iniciativas de diverso alcance que animan los pueblos y de los que la Asamblea siempre se ha sabido parte. Ahí aparece la trascendencia de la Cumbre de Río+20 sobre Desarrollo Sustentable y Erradicación de la Pobreza en 2012 en Brasil, junto con los Estados, las grandes Agencias y ONG, y los pueblos, movimientos y ciudadanos. Es un hito que no inicia pero tampoco termina el camino de esfuerzo, lucha y trabajo por los grandes objetivos que persigue, aunque sí actualiza en el presente la convergencia de lo múltiple y lo diverso en este camino, donde debemos estar. Más allá del optimismo y el pesimismo que alimentan el debate sobre estas Cumbres, lo importante para los pueblos y ciudadanos es la gran oportunidad de enriquecer nuestros movimientos, redes, iniciativas, reflexiones y propuestas emancipadoras, de validarnos en tanto creadores de respuestas de calidad, posibles y deseables, a las cada vez más urgentes crisis de regulación mundial, regional, nacional y local.
Aunque en el ámbito de los Estados se muestran innegables y esperanzadoras señales de cambio y aunque sabemos que los Estados interactúan con los pueblos, la responsabilidad que nos cabe como pueblos, movimientos sociales y ciudadanos es de primera magnitud ante los riesgos que corren los cambios desde los puros Estados; así nos lo recuerdan, con perspectiva histórica, los compañeros del Foro para una Nueva Gobernanza Mundial, justamente en referencia a Río+20: “Cierto es también que la llegada de nuevos actores que se postulan para protagonistas a veces nos da la sensación de un renacimiento saludable. Pero… con demasiada frecuencia, esta irrupción de nuevos actores se traduce en los hechos por una bella arrogancia, la… que muestran aquél o aquélla que, tras una larga espera, acceden por fin al club cerrado de los grandes de este mundo. En estos últimos tiempos, ni China ni Brasil, o por lo menos sus más altos representantes, han sabido resistir a ese obstáculo con el que chocaron todos los que, antes que ellos, accedieron al rango de gran potencia” (FNGM: Octubre – noviembre 2010. Págs. 6 y 7).
Para cumplir con esta responsabilidad, consideramos importante sistematizar los debates, experiencias y aprendizajes múltiples y diversos de vuelta a un “nosotros” como conosureños que convergen para aportar en este hito, para continuar después el camino y la lucha. Tras lo vivido y pensado en Dakar, visualizamos tres grandes campos de acumulación, interactuantes y simultáneos, en los cuales concentrar esfuerzos y trabajar. Primero, la propuesta, el conjunto de ideas que, siendo integrales, entreguen respuestas posibles y deseables de nuevas formas de regulación para superar la crisis integral, una especie de corazón y motor (según se prefiera la metáfora biológica o mecánica) del proceso emancipador; se trata de un ámbito programático, de contenidos. El segundo campo es el de la generación de fuerza política, social, popular y ciudadana, que pueda dar base y empuje para realizar las respuestas propuestas, sorteando el fuerte riesgo de desdibujarse en las naturales tensiones y contradicciones de su diversidad interna. Y en tercer lugar, aprender, crear y fortalecer las condiciones y métodos que hagan posible la propuesta y la fuerza política, pero desde un paradigma de inclusión y protagonismo colectivo, con altos niveles de conciencia, compromiso y responsabilidad, para no caer en la fragmentación y la ineficiencia.
Acumular propuestas y no rebotar de encuentro en encuentro
Nos llevamos el aprendizaje de que no se trata de realizar encuentros por el encuentro. Eso es valioso, pero totalmente insuficiente. Debemos acumular propuesta, ideas movilizadoras, más fuertes que un ejército como dijo Víctor Hugo, más sólidas que los muros de piedra como dijo José Martí, subversivas y convocantes, que abren caminos y desatan energías, que dan respuestas sustentables a las crisis. Ideas que alimentan y son fruto, al mismo tiempo, de nuevos métodos, formas y actitudes. En la transición del siglo 20 al 21, se muestra más avanzado el cambio en los discursos, eso es bueno, pero falta aún mucho en las prácticas. Hay una gran oportunidad para la imaginación y la creación en nuestras Asambleas, y una gran responsabilidad también. Quedamos convencidos de que debemos apostar por el crecimiento y la profundización de lo social y popular, a nuevos y superiores niveles en todos los planos. La audacia, la innovación son el santo y seña de las nuevas necesidades y exigencias, de los nuevos pasos adelante para superar la inadecuación de lo otrora útil pero ya en desgaste.
Sin duda, todo un desafío largo y difícil, pero en el que el hecho de hacer consciente y reflexivo el movimiento de la realidad, sus necesidades y las tareas para el avance emancipador, es en sí mismo un capital valiosísimo e imprescindible para organizar los esfuerzos. La realidad continúa cambiando aceleradamente mientras escribimos estas líneas; así lo muestra la creciente crisis africana, fuertemente percibida en el FSM, al realizarse en un país vecino de los que la viven hasta ahora. Las luchas en Egipto, por ejemplo, nos sorprenden con inéditos posibles, con la imaginación al servicio de la subversión, mostrando el poder de la persona y de los pequeños colectivos, armados de coraje, alegría e ideas justas, como los jóvenes profesionales que a través de Internet denuncian, ponen en evidencia y movilizan contra los siniestros métodos policiales del régimen autoritario.
¿Cuánto cambios más, aparentemente inesperados pero de honda significación histórica, debemos esperar hasta Río+20 en mayo de 2012? Seguramente muchos, pero nuestro compromiso y nuestra responsabilidad – modestamente, por supuesto – es seguir el ritmo de los acontecimientos y aprender de las urgencias y respuestas emancipadoras que entrañan.